"Sobre la tarea de captación con que se amenaza al
peronismo por parte de la dictadura, debe tenernos sin cuidado. Mientras los
dirigentes sean leales hay que seguir el juego, veremos hasta cuando les llega.
Si se trata de dirigentes desleales, en el pecado llevarán la penitencia,
porque el fracaso al que la dictadura está abocada les envolverá también a
ellos, Este es un juego muy difícil en el que no sólo hay que ser buen jugador,
sino que también hay que tener una prudencia extraordinaria: hay que considerar
que se trata de un poder sinárquico mantenido por un "entourage" en
el que se mezcla el jesuitismo de Onganía con la masonería de Busso y compañía,
el judeo marxismo de Frondizi con el liberalismo estúpido de los demás. Todos
ellos enfrentados a la línea nacionalista de las Fuerzas Armadas que comienza a
alborotarse impulsada por los disparates gubernamentales que, en algunos casos
se cometen por incompetencia de unos pero en la mayoría de los casos por los
intereses de otros. A todo esto hay que sumarle las ambiciones de los Osiris
Villegas y otros y se tendrá un claro panorama de la quilombificación
dominante." (Carta del General Juan Domingo Perón a Andrés Framini, del 30
de setiembre de 1966).
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