miércoles, 28 de junio de 2023

Se cumplen 160 años de una verdadera masacre liberal: La Batalla de Las Playas.

 



La batalla de Las Playas en la que el general Wenceslao Paunero, comandante de las fuerzas que respondían al nuevo presidente de la República Argentina Bartolomé Mitre, líder del partido liberal vencedor en Pavón, derrotó a Ángel Vicente Peñaloza, caudillo de la resistencia armada federal, fue librada el 28 de junio de 1863 en la provincia de Córdoba.


Antecedentes

El 10 de junio de 1863 una revolución en la provincia de Córdoba, encabezada por el sargento Simón Luengo, derrocó al gobernador Justiniano Posse, partidario de Bartolomé Mitre, e impuso como nuevo gobernador a José Pío Achával, líder de los federales, llamados "rusos" en contraposición a los "aliados", liberales.


Ante la previsible respuesta militar del gobierno nacional, Pío Achával llamó en su auxilio al Chacho Ángel Vicente Peñaloza, quien marchó de inmediato al frente de sólo 100 riojanos y entró en la ciudad de Córdoba el 14, ya con 400 hombres de tropa. El 17 incorporó 300 cívicos, milicias de la provincia y en los siguientes días llegó a levantar un ejército de 2.000 hombres, mal montados y peor armados.


Wenceslao Paunero ordenó un reagrupamiento de las fuerzas nacionales en Anisacate, a escasos 47 km de la ciudad de Córdoba, donde convergieron con rapidez alrededor de 3.500 hombres de los regimientos de caballería de línea 1°, 2° (Fraile Muerto, comandante Villar) y 7° (Río Cuarto, coronel Baigorria), 3 batallones de infantería y contingentes de Guardias Nacionales, con los que marchó sin demora a Malagüeño, a 25 km de Córdoba, siguiendo sin detenerse hacia la capital provincial.


Despliegue

Peñaloza, sin tiempo ya para preparar sus fuerzas y obligado a presentar batalla, resolvió no defender la ciudad para evitar el consiguiente daño a su población e infraestructura y adelantó su ejército al campo de Las Playas, 7 km al suroeste de la capital, en el Departamento Capital, en los actuales terrenos de la Escuela de Suboficiales de Fuerza Aérea y FADEA


Allí, Peñaloza desplegó sus fuerzas, unos 2000 hombres, de la siguiente manera:


Ala derecha: dos divisiones de caballería al mando del coronel Juan Gregorio Puebla

Centro, 700 hombres al mando del coronel José Avelino Burgoa, distribuidos en una casa y cercos y zanjas cercanos.

De derecha a izquierda:

Batallón N° 1 de infantería, mayor Asencio Palacios

Batallón N° 2 de infantería, mayor Rafael Gigena

Batallón N° 3 de infantería, mayor Domingo Cuello

Artillería: una pieza volante

Ala izquierda: una división de caballería al mando del coronel Fructuoso Ontiveros

Reserva: 1 destacamento de caballería y un batallón de infantería al mando de Felipe Varela. Un destacamento de caballería de escolta al mando del mismo Peñaloza

En las primeras horas del 28 de junio de 1863 el ejército "nacional" se hizo presente en el campo de batalla. Paunero desplegó sus fuerzas de la siguiente manera:


Ala derecha: 10 escuadrones de caballería desplegados en escalón al mando del coronel Ambrosio Sandes

Centro: al mando directo del general Paunero, incluyendo de derecha a izquierda

Batallón N° 1 de infantería, 3 compañías escalonadas al mando del mayor Julio Campos

Batallón N° 2 de infantería, 3 compañías escalonadas al mando del mayor Manuel Morillo

Batallón N° 3 de infantería, 3 compañías escalonadas al mando del mayor Nicanor Quirno

Ala izquierda, de derecha a izquierda;

División de caballería con 6 escuadrones escalonados al mando del coronel Manuel Baigorria, apoyando la infantería

Dos escuadrones de caballería (100 Guardias Nacionales) al mando del mayor Juan Ayala, apoyando a:

División de caballería con 6 escuadrones escalonados al mando del coronel Luis Álvarez

Reserva: 6 escuadrones de caballerìa al mando del teniente coronel Benito Nazar.

Las tropas nacionales contaban con los primeros fusiles Enfield, de superior desempeño a los viejos fusiles de chispa utilizados por las montoneras.


Separaban a los contendientes una chacra en el centro y más allá el camino de San Roque a Córdoba.


Paunero lanzó su infantería por el centro en masa y columnas paralelas mientras el ala derecha cargaba sobre la izquierda enemiga, reforzada oportunamente por Varela, quien resultó gravemente herido. La derecha federal se dispersó y la caballería de Sandes en conjunto con la infantería arrolló el centro. En pocos minutos la batalla estaba decidida y se convertía en pura masacre.


La caballería mitrista persiguió a los federales por tres leguas. En el campo quedaron 300 muertos y 740 prisioneros y heridos federales y sólo 14 muertos y 20 heridos de Paunero, quien tomó un cañón y 300 fusiles.


En el primer parte, Paunero alababa a Sandes y a la Guardia Nacional, incluso reconocía a sus adversarios al afirmar que "los malditos mulatos rusos de Córdoba se han batido con un arrojo digno de mejor causa".


En el parte oficial del día siguiente a la batalla, detallaba: "Ha caído en nuestro poder toda la infantería del enemigo, una pieza de artillería y dos banderas, no habiendo huido del campo una sola partida que alcance a 20 hombres, por lo que es muy probable que caigan en nuestras manos los principales cabecillas en la persecución activa que se les hace en este momento. El campo, especialnente donde ha cargado la caballería, ha quedado en todas direcciones sembrado de cadáveres, cuyo número calculo en cerca de 300, teniendo en nuestro poder más de 400 hombres prisioneros. Nuestra pérdida relativa ha sido diminuta."


Un tercer parte del 30 de junio detallaba aún más "La pérdida del enemigo es inmensa con relación al número de combatientes, y consiste en cerca de 300 muertos, 40 heridos y 700 prisioneros. Entre los primeros se cuentan muchos jefes y oficiales cuyos nombres se registran en la adjunta lista, así como el de dos jefes y 16 oficiales entre los prisioneros; habiéndose tomado en combate un cañón de a 2, una bandera, 330 fusiles, lanzas y sables, que el enemigo arrojó en su despavorida fuga"


Por la noche se incendió el campo de batalla para quemar los cadáveres, pero sin retirar a muchos de los heridos que murieron entre las llamas.


Conducta de las fuerzas nacionales


Sin que Paunero quisiera o pudiera intervenir, el oriental Sandes hizo una vez más justicia a la fama de brutalidad que lo signaba y "Las Playas fue una verdadera carnicería; similar a Vences y Cañada de Gómez".


Luego de la batalla hubo fusilamientos, entre ellos los del coronel Burgoa y los oficiales Palacios, Cabrera, Gigena y Moral, y se instaló en el sitio del actual General Paz un verdadero campo de concentración de prisioneros que el cronista Sánchez en su libro Hombres y episodios de Córdoba denominó un "campamento de tortura".


Incluso Domingo Faustino Sarmiento, el mismo que había afirmado "Si Sandes mata gente, cállense la boca. Son animales bípedos de tan perversa condición, que no sé qué se obtenga con tratarlos mejor", declararía ante el Senado Argentino en 1875 que "En Las Playas fueron fusilados por el general Paunero, Comandante General de Armas y Director de la Guerra, el coronel Burgoa, del Ejército Nacional o Libertador en Caseros, mi compañero de campamento, oficial de Rosas y de Urquiza. Fueron fusilados en esa acción en Córdoba el comandante Gigena y Atienzo. El coronel Sandes, del 1° de línea, mandó azotar un número de prisioneros de guerra..."


Ante la masacre, el comandante mitrista Romualdo Pizarro y su hermano Manuel salvaron cuantos heridos y prisioneros estuvieron a su alcance reuniéndolos en el centro de su unidad y conduciéndolos en sus propios caballos a la casa paterna en la ciudad.5? En Las Playas, al decir de los cronistas, "el sable de Sandes, más sanguinario a veces que la lanza de Quiroga, después de haberse blandido con furor en el combate, se ensañó sin piedad con el vencido"


Tras la primera jornada, la persecución de largo alcance de los sobrevivientes estuvo a cargo de Luis Álvarez. Los derrotados que pudieron huir se dirigieron a Cruz del Eje y de allí a La Rioja, y fueron reconcentrados por Peñaloza en Los Llanos.


José Pío Achával, promotor del levantamiento, no asistió a la batalla y tras conocer su resultado huyó refugiándose con Urquiza en la provincia de Entre Ríos. Luengo huyó a Río Cuarto y se rindió ante las tropas nacionales.


Muchos prisioneros fueron incorporados por la fuerza a las tropas de línea. Algunos oficiales rusos salvados siguieron similar camino. Los hermanos Francisco y Froilán Leyría se incorporaron al Ejército Nacional alcanzando altos grados.

martes, 5 de octubre de 2021

"Pocos argentinos se dan cuenta el grado de riesgo que los amenaza si no se detiene a tiempo esa marcha hacia el desastre." les decía Perón a los compañeros del COR hace 56 años

 




Carta a los cros. COR 5 de octubre de 1965. 


Escrito por Juan Domingo Perón. 


Madrid, 5 de octubre de 1965.


A los compañeros del "C.Ó.R."


La Matanza


Mis queridos compañeros:


Por mano y amabilidad del compañero Don Enrique Pavón Pereyra, he recibido vuestra carta del 15 de setiembre pasado y les agradezco el recuerdo y el saludo que retribuyo con mi mayor afecto, como asimismo la enhorabuena que me hacen llegar con motivo de mi próximo cumpleaños.


Los felicito muy particularmente por las "Apreciaciones" que con tan buen juicio vienen realizando y haciendo llegar a los interesados. Nó dejen de hacérmelas llegar cada vez que se publiquen, porque me son de extraordinaria utilidad; no dejen de felicitar a su autor en mi nombre porque se trata de un trabajo de extraordinario valor y realizado con una sutileza enormemente penetrativa. "Telúrico" está bien en claro.


La situación de nuestra Patria es indudablemente difícil. Me parece que, en este momento, lo que debe interesarnos es su salvación, ya que marcha peligrosamente hacia el abismo. Pocos argentinos se dan cuenta el grado de riesgo que los amenaza si no se detiene a tiempo esa marcha hacia el desastre. Para ello sería necesario que todos nos pusiéramos de acuerdo para neutralizar, con medidas efectivas, las consecuencias de los desatinos cometidos en estos diez años de gobiernos irresponsables.


Todo cuanto se haga por prepararse para lo que ha de venir será poco; por eso Ustedes deben fortalecerse en alto grado, si como supongo, siguen trabajando perseverantemente en la preparación de las acciones en que deben intervenir en caso necesario. Todo parece venirse abajo en el país: es la consecuencia de los males que se han estado incubando durante más de diez años de incuria y gorilismo. Estar preparado para cuando esta situación haga eclosión es un deber que ningún argentino puede ni debe eludir.


Le ruego que saluden a los compañeros. Un gran abrazo.


Firmado: Juan D. Perón.


jueves, 17 de octubre de 2019

Se cumplen 74 años del documento de F.O.R. J. A. ante los acontecimientos del 17 de octubre de 1945




F.O.R. J. A. 17 de OCTUBRE DE 1945
«Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina»
ANTE EL 17 de OCTUBRE DE 1945



Frente a los momentos en que vive el país,, la U. C. R. (F.O.R.J.A.) dio a conocer una declaración en la que fija su posición. La misma expresa lo siguiente:
"La Junta Nacional de F.O.R.J.A. en presencia de la agitación oligárquica promovida por las fuerzas de la reacción en connivencia con las izquierdas extranjerizantes y de la inquietud reinante entre los trabajadores ante el riesgo de una restauración de los sistemas de opresión económica y de dominación imperialista establecidos desde el 6 de septiembre de 1930 por la misma confabulación de intereses e ideologías.



DECLARA:
1º - Que en el debate planteado en el seno de la opinión está perfectamente deslindado el campo entre la oligarquía y el pueblo, cualquiera sean las banderas momentáneas que se agiten y que en consecuencia y en cumplimiento de su deber , argentino y radical expresa su decidido apoyo a las masas trabajadoras que organizan la defensa de sus conquistas sociales.
2º - Que como se expresa en la declaración de principios de F.O.R.J.A., sancionada en el acto de su fundación el 29 de junio de 1935, en la lucha del pueblo contra la oligarquía como agente de las dominaciones extranjeras, corresponde a la Unión Cívica Radical asumir la dirección de la lucha.
3º - Que el Comité Nacional de facto que se atribuye la representación de la U. C. R. se ha pasado al campo de la oligarquía al desoír la opinión y las orientaciones de las figuras representativas del radicalismo yrigoyenista.
4º - Que frente a la vacancia de la conducción partidaria, es deber de esos hombres representativos el asumirla para que ésta sea expresión clara del pensamiento revolucionario de Yrigoyen en el que encuentran solución integral las inquietudes actuales del pueblo argentino, sintetizadas en: PATRIA, PAN y PODER AL PUEBLO.
Buenos Aires, octubre 17 de 1945

martes, 16 de julio de 2019

Hace 74 años hablaba Juan Perón




PALABRAS EN LA REUNION EN PRO DEL SUFRAGIO FEMENINO
 Juan Domingo Perón 
[16 de Julio de 1945]


Hace casi un año, la Secretaria de Trabajo y Previsión, que tiene un contacto permanente, directo e indirecto, con casi un millón de mujeres que trabajan, vio la necesidad de crear dentro de su organización, una dirección que amparase los derechos y los problemas que atañen a esa legión de mujeres argentinas.
Hoy, esa dirección, tan hábilmente dirigida por la doctora de Gregorio Lavié, rinde óptimos frutos y motiva el legítimo orgullo y la plena satisfacción de esta Secretaría.
Tenemos indiscutiblemente el gran honor de haber sido, por intermedio de ese moderno organismo, los primeros en proclamar la necesidad de reconocer que en nuestro país la mujer existe. Soy un convencido de la necesidad de otorgar a la mujer los derechos políticos y apoyo con toda la fuerza de mi convicción, el propósito de hacer de esto una realidad argentina.
Es necesario dar a nuestra Constitución su plena aplicación dentro de las formas democráticas que practicamos; y debemos una reparación a esa Constitución, mutilada en lo que se refiere a la mujer.
Por otra parte, hemos subscripto con pleno conocimiento de nuestra responsabilidad, compromisos internacionales que estuvimos, estamos y estaremos dispuestos a cumplir integralmente. Resulta paradójico que mientras los hombres sostenemos esta necesidad impostergable, dentro de nuestra evolución humanista y como una continuación de nuestra obra de justicia social y política, haya mujeres que se opongan a compartir nuestra responsabilidad en el manejo de la cosa pública. No es ése el espíritu espartano que la Nación necesita. Es ésta una hora en la que ni los hombres ni las mujeres deben rehuir la responsabilidad que la grandeza futura de la patria impone a todos sus hijos, sin diferencias de sexos.
En síntesis, soy partidario de otorgar el sufragio a la mujer, porque no hay ninguna razón que se oponga a que esto llegue a concretarse en una realidad.
Agradezco la amabilidad de ustedes al escuchar estas pocas palabras, animadas por una profunda convicción que anido no solamente en mi cerebro, sino también en mi corazón. Y en prueba de ello, empeño mi palabra como vicepresidente, como ministro y como secretario de Trabajo y Previsión, en el sentido de trabajar incansablemente por llevar adelante esta hermosa iniciativa.
JUAN DOMINGO PERÓN

jueves, 13 de junio de 2019

Se cumplen 62 años de esta carta de Perón al Teniente Coronel Mario Benito Ortega




Carta al Tte. Cnel. Dr. Mario B. Ortega 13 de junio de 1957

Escrito por Juan Domingo Perón.

Caracas, 13 de junio de 1957

Al Tte. Cnel. Dr. Mario B. Ortega.

Punta Pora

Mi querido amigo:

Contesto su carta del 26 de mayo que me llega en este momento. Le agradezco su amable recuerdo y su saludo que retribuyo con mi mayor afecto, esperando que podamos mantener enlace permanente como Usted me dice y pensando que mi gratitud por Usted será eterna en mi corazón. Yo nunca olvidaré lo que ustedes hicieron y sea cual sea la situación les guardaré un profundo e inextinguible agradecimiento.

No he podido conseguir la nueva dirección de Epifanio Méndez y desde España he perdido el contacto con él. Por eso, le ruego que si Usted tiene su domicilio me lo haga llegar. Desgraciadamente el correo no anda muy bien en ninguno de nuestros países, alterados hoy por toda clase de circunstancias y sometidos a una censura que no sólo retarda la correspondencia sino que se "pierden" la mitad de las cartas que luego aparecen en los diarios o en las Cancillerías extranjeras para moles¬tarnos. Por eso le mando una dirección mía, a nombre de otro.

Veo, por su carta, que las cosas no andan bien en el Paraguay, porque cuando "los hermanos se pelean, los devoran los de afuera" como dice Martín Fierro. Me causó una gran pena lo que ocurrió con Epifanio y no me causa una menor lo que ha pasado con Usted. El General ha cometido una gran injusticia y un gran error, tal vez mal aconsejado por gente interesada y metida en las pequeñas cosas de la política local, sin darse cuenta que lo importante es mantener un sólido bloque de gente honrada y leal, dispuesta ante todo a mantener la lucha contra el enemigo común. Estos errores se pagan muy caros cuando las circunstancias lo ponen a uno frente a lo irreparable, que es cuando recién se perciben los grandes errores.

Me causa, en cambio, una gran satisfacción al comprobar que su ánimo no decae y que los golpes, lejos de amilanarle, le infunden nuevos bríos para seguir la lucha. Así, como no nace el hombre que escapa a su destino, no debieran nacer los hombres que no tienen un ideal que defender. Hay que ser hombre de una causa para merecer la vida. Muchos grandes hombres pasan por la existencia desapercibidamente porque no tienen una razón de ser y muchos hombres comunes llegan a ser grandes sólo porque son hombres que viven para una causa que los engrandece. Servir a esa causa es lo único que ayuda a vivir, como la vida merece ser vivida. Nuestro exilio, las calumnias, la diatriba y el insulto, como las persecuciones, son tributos que siempre se rinden a un mérito o a un valor.

Varias veces he deseado escribirles desde que ustedes entraron en desgracia con el Gobierno pero ni siquiera sabía dónde andaban. A cinco mil kilómetros de distancia, pese a los aviones y a todo, las dificultades de comunicarse no son cosa simple, máxime cuando no se tienen datos más o menos precios. Con Epifanio, mientras estaba en España me fue fácil pero, cuando salió de allí ya lo perdí y no tuve más noticias de él. Espero que, tomado el contacto con Usted, me sea también posible comunicarme con él. Le ruego que le transmita un gran abrazo de mi parte y le diga que me escriba a mi dirección, que le ruego le comunique si le es posible.

Yo estoy aquí a sus órdenes y si necesitara cualquier cosa debe saber que me tiene a su disposición. Yo sé que en el exilio nada tiene uno en demasía y yo estoy en condiciones de hacerle llegar lo que Usted quiera, para lo cual yo me arreglaría con mi gente. Tenemos una organización interna e internacional eficiente y capaz de hacer cualquier cosa, en todos los países. Nuestros Comandos de Exilados funcionan a pesar de la persecución y otras medidas de los Gobiernos, cuando un peronista cae, surgen diez nuevos que quieren caer, si es preciso. Nosotros hoy somos invencibles: estamos organizados en el mundo entero y trabajamos, en una guerra sin cuartel y sin descanso contra la dictadura, en todas partes y en todo momento.

El tiempo, que trabaja para nosotros, de manera que esperamos, ayudando el tiempo. Esta escuela de sacrificio y de lucha es lo que necesitábamos para depurar y fortalecer el Movimiento. Ahora podemos decir que tenemos un mejor peronismo tanto en lo cualitativo, porque se ha depurado y, en lo cuantitativo, porque las canalladas de la canalla dictatorial, nos ha dado la ocasión de contar con un mayor número de peronistas decididos y luchadores. "Alea jacta est" y ahora, lo que queda por realizar es precisamente, ia consolidación. Esta vendrá con el aniquilamiento de la oligarquía que se ha de producir mediante la acción del Pueblo que hoy, purificado por el sufrimiento, está dispuesto a terminar físicamente con ella.

Lo que nos pasó a nosotros es simple: un Pueblo demasiado bien alimentado y de vida fácil, sólo tenía un ideal. El ideal es una fuerza que da continuidad en el esfuerzo pero no le da intensidad a la lucha. Esa intensidad sólo la da el odio y nosotros carecíamos de odio, porque todo lo hicimos por evolución. La dictadura se ha encargado ahora de darnos ese odio por toneladas. La lucha decisiva que se aproxima va a ser tremenda-mente intensa y de consecuencias aterradoras. Van a faltar árboles en la República... Cuando los intereses de la Nación, las aspiraciones del Pueblo y el estado anímico de las masas coinciden como ahora y, además, el odio enciende la hoguera de las pasiones, no hay poder humano capaz de impedir lo irreparable que se ha de producir.

Nosotros sabemos que la dictadura no puede aguantar mucho, pero no queremos hacer nada decisivo, menos aún un golpe de estado, que habría de romper la continuidad de lo que nosotros estamos realizando. Preferimos que el Pueblo sufra todo lo que debe sufrir para que reaccione por sí. Darle conquistas a un Pueblo que no las sabe defender es perder lastimosamente el tiempo. Los pueblos que no saben defender por sí sus derechos y su libertad, merecen la esclavitud. Si yo, por arte de un sortilegio, pudiera arreglarle hoy la situación al Pueblo Argentino, no lo haría, porque estoy persuadido que le haría el más flaco servicio. Nuestras organizaciones clandestinas saben bien que el camino que conduce a la libertad y a la felicidad, pasan siempre por el sacrificio y desean que, ese sacrificio se realice. Ño quieren que las Fuerzas Armadas hagan nada por él, porque desea que el Pueblo no es quien la defiende y la impone por ¿a lucha si es preciso.

Para nosotros, que tenemos objetivos a largo plazo y una misión a cumplir, el tiempo cuenta sólo secundariamente. Lo haremos dentro de un mes, o de un año, o de cinco, pero lo haremos irremisiblemente.' No nos hemos organizado para un golpe de estado más o menos intrascendente, sino para una revolución justicialista con todas sus consecuencias y hacia ella marchamos decididos y firmes. Llegaremos, de eso no tenemos la menor duda. No luchamos por alcanzar el poder ni para defender a unos cuantos dirigentes, sino para devolver al Pueblo Argentino todo lo que éstos le han quitado y extender el justicialismo hasta su última consecuencia, aunque para ello debamos sacrificar a toda la oligarquía y las fuerzas pretorianas que hasta ahora la han amparado. Lo nuestro es definitivo y como todo lo definitivo, no admite términos medios, ni medidas aleatorias.

Termino, querido Mario, esta carta, que ya se ha hecho demasiado larga, repitiéndole que me tiene a sus órdenes para todo y que si alguna necesidad le aflige, usted tiene aquí a su amigo,

que tendrá un honor y experimentará un gran placer en serle útil de cualquier manera que sea.

Saludo para los compañeros paraguayos y amigos de siempre. No olvide que, entre los insignes honores que tengo, quizá el que más me enorgullece, es ser su compatriota. Todavía viajo y estaciono en estos países con el pasaporte que usted me extendió allí como ciudadano honorario del Paraguay y que no pienso ya cambiarlo en mi vida, sino renovarlo cuando termine su vigencia de dos años que tiene.

Un gran abrazo.

Firmado: Juan Perón.

viernes, 26 de abril de 2019

Se cumplen 190 años de La Batalla de Puente Márquez




Batalla de Puente de Márquez 26 de abril de 1829



La Batalla de Puente de Márquez (en el límite de Villa Udaondo y Paso del Rey, provincia de Buenos Aires, 26 de abril de 1829) fue un combate de la guerra civil entre unitarios y federales en la Argentina, que resultó una victoria de las fuerzas del gobernador de la provincia de Santa Fe, Estanislao López, y del jefe federal Juan Manuel de Rosas6 sobre el general Juan Lavalle, que había usurpado el cargo de gobernador de la provincia de Buenos Aires.



Antecedentes

Tras la caída de la presidencia de Bernardino Rivadavia, el jefe del partido federal, Manuel Dorrego, fue electo gobernador de la provincia de Buenos Aires. Pero una alianza del partido unitario con los jefes del ejército que había hecho la guerra contra el Imperio del Brasil lo derrocó el 1 de diciembre de 1828. Días después, Dorrego era derrotado en la batalla de Navarro y fusilado por orden de Lavalle, por instigación de los líderes del partido unitario.

El jefe del ejército de campaña de Dorrego, Juan Manuel de Rosas, se retiró hacia la provincia de Santa Fe, desde donde el gobernador Estanislao López ya marchaba hacia Buenos Aires, a vengar el crimen y deponer a los unitarios. Lavalle se adelantó e invadió Santa Fe, pero López lo dejó sin caballos y lo obligó a retroceder. Varios caudillos menores del sur de la provincia de Buenos Aires obligaron a dividir las fuerzas unitarias, por lo que éste tuvo que retroceder hacia la capital de la provincia.

La batalla

Lavalle quería impedir el avance federal buscando un punto de fácil defensa, así que decidió atacar a su enemigo por sorpresa. Para eso debía cruzar el río de las Conchas (actual río Reconquista). No podía usar el Puente de Marquéz, donde estaba atrincherada la vanguardia federal, los Dragones de Santa Fe de Pascual Echagüe. Vadeo el curso fluvial y venciendo en la otra orilla algunos piquetes de gauchos enemigos. Los unitarios marchaban con la caballería en vanguardia y la infantería y artillería en retaguardia.

El general unitario dispuso en retaguardia al batallón No. 1 de Cazadores flanqueado por la artillería y al frente la caballería, de derecha a izquierda, los regimientos Cazadores, No. 16 y No. 1. Al frente tenía el ala izquierda de López, formada por contingentes de milicianos de Santa Fe, Entre Ríos, Luján y Arrecifes, de izquierda a derecha. El ala derecha la formaban las milicias de Buenos Aires a las órdenes de Rosas.

El 26 de abril a las 6 de la mañana comenzaron los ataques de ambos lados, con lo que lentamente los federales fueron dominando la acción. Poco antes de las 10 de la mañana, una ruidosa carga de los indios espantó a los caballos de repuesto del ejército de Lavalle, que ya tenía los suyos muy cansados. La caballería unitaria fue rápidamente arrollada, mientras la infantería debió retirarse, cruzando el puente y destruyéndolo. De allí siguió su retirada hacia el actual partido de La Matanza, mientras López se estableció en Luján y Rosas en los alrededores de Cañuelas.

Consecuencias

La batalla dejó muy disminuidas y sin movilidad las fuerzas de Lavalle. Si bien Estanislao López se vio obligado a regresar a Santa Fe — debido a que el general José María Paz había derrocado al gobernador de la provincia de Córdoba y podía intentar atacar su provincia en cualquier momento — Rosas sitió a Lavalle en la ciudad de Buenos Aires, cerrando cada vez más el cerco y dejándolo sin provisiones desde el campo. Meses después, Lavalle tuvo que firmar un tratado de paz con Rosas, que en definitiva sería elegido gobernador en diciembre de ese año.

La batalla de Puente de Márquez fue una victoria federal que hizo posible que ese partido se hiciera con el gobierno de Buenos Aires y llevara la guerra contra los unitarios al interior del país, contando de su lado los enormes recursos económicos y humanos de la provincia de Buenos Aires. A fines de 1831, el partido unitario sería derrotado en todas las provincias.

jueves, 14 de febrero de 2019

A 107 años del natalicio del Coronel Federico Gentiluomo




RESEÑA BIOGRAFICA DEL CORONEL FEDERICO A. GENTILUOMO 
14 de febrero de 1912
por Estela Alicia Gentiluomo de Lagier 


Resulta difícil escribir en forma resumida sobre una personalidad de las dimensiones del Coronel Gentiluomo sin correr el peligro de incurrir en error. Para hacer justicia a sus valores morales, espirituales, intelectuales y humanos, habría que empeñarse en una ardua tarea de largo alcance; habría que estudiarlo a fondo en sus múltiples manifestaciones para elaborar un trabajo meditado y exacto que pusiera de relieve cuanto este hombre extraordinario fue, realizó y significó.

Este trabajo no aspira a otra cosa que a mostrar al lector una breve reseña de la vida de este gran idealista y a poner de manifiesto algunos de los hechos y producciones más salientes de su agitada y fecunda existencia.

Nace el 14 de febrero de 1912 en la ciudad de Buenos Aires. A los dieciséis años abraza la carrera de las armas, ingresando en el Colegio Militar de la Nación. En 1932 egresa con el grado de subteniente de infantería. Desde entonces fue jalonando una brillante carrera militar, a la par que cultivaba su espíritu, con tesón infatigable, preparándose para su futura acción en el campo de las ciencias y las artes.

Los vaivenes de su profesión lo llevan a recorrer el país en todas sus dimensiones. Ello le permite tomar contacto con el pueblo y, con su fina sensibilidad, comprende y hace suyas todas las inquietudes, aspiraciones, necesidades, y así, sin darse cuenta, va formando una sólida y profunda conciencia nacional y popular.

Su primer destino es el Regimiento de Infantería 9, en Corrientes, donde crea una agrupación juvenil de carácter social y cultural con objeto de promover el acercamiento entre civiles y militares. Tiene entonces 21 años. En 1935 pasa a Campo de Mayo, Escuela de Infantería. Al año siguiente, con el grado de teniente, es destinado al Regimiento 15 de Infantería; entonces conoció a la mujer que habría de ser la compañera de su vida. En 1937 pasa al Regimiento de Infantería, de La Plata, donde crea la Compañía de Aspirantes a Oficiales de Reserva, de la cual fue el primer Oficial Instructor. Destinos sucesivos: Regimiento de Infantería 19, en Tucumán, como teniente primero (1940); Batallón de Arsenales, en Rosario (1941); Regimiento 3 de Infantería, en Buenos Aires (1942); en 1943 ingresa en la Escuela Superior de Guerra; a mediados de año pasa al Comando de la Tercera Región Militar. Ya con el grado de capitán, regresa, a fines del mismo año, a la Escuela Superior de Guerra, donde permanece hasta 1946, en que es destinado al Primer Destacamento Motorizado Escuela. En 1948, ya con el grado de mayor, pasa a la Agrupación de Montaña Cuyo y es destinado, sucesivamente, a Mendoza y Uspallata. En 1949 pasa al Comando de la Quinta Región Militar, en Tucumán, y luego retorna al Regimiento 19 de Infantería como Jefe del Primer Batallón. A fines de 1950, es trasladado nuevamente al Comando de la Quinta Región Militar con el grado de teniente coronel. En noviembre de 1951 es destinado a la Dirección General de Propaganda del Ejército, que, por iniciativa suya, es convertida en Dirección General de Difusión. Y llegamos así al ocaso de su carrera militar, ya que en las postrimerías de 1954 es destinado a la Dirección de Obra Social del Ejército, con el grado de coronel; en 1955, luego de la Revolución Libertadora, el 21 de setiembre solicita su retiro voluntario del servicio activo, por no estar de acuerdo con los postulados de la revolución instaurada y con la posición adoptada por el Ejército.

Durante todos sus años de actividad en la Institución realizó numerosos aportes profesionales; y su producción intelectual fue aún más intensa. En 1944 presenta en los Juegos Florales de la ciudad de Tucumán un trabajo titulado "Génesis de la creación del Virreinato del Río de la Plata", que le valió el primer premio. En 1948 dicta un ciclo de conferencias en la Junta de Estudios Históricos de Mendoza y en el Centro de Residentes Mendocinos en la ciudad de Buenos Aires, sobre la participación de Mendoza en la gesta sanmartiniana. En ese mismo año dona a la Agrupación de Montaña Cuyo un busto de San Martín esculpido por él. En 1949 funda en Tucumán el Instituto Belgraniano Tucumano, del cual fue primer presidente, cargo que posteriormente se le acordó en carácter de honorado y perpetuo. Al año siguiente edita su primer libro, "San Martín y las provincias de Cuyo, precursor de la Nación en Armas", con el cual obtiene el primer premio y mención especial en el Congreso Nacional de Historia del Libertador, en Mendoza. A dicho congreso concurre en representación de las Fuerzas Armadas y presenta los trabajos siguientes: "San Martín ante la posteridad" y "Los planes de las operaciones del General San Martín", trabajo éste que se hace merecedor del primer premio. En el mismo año crea la Federación de Esgrima Femenina y es designado presidente de los Boy-Scouts de Tucumán. En 1951, alentado por el éxito obtenido con su primer libro, edita "Necochea el General Romántico" y paralelamente publica en Tucumán la revista "Ciudadela", órgano de difusión del Instituto Belgraniano Tucumano, y logra que el gobierno de la provincia apruebe y oficialice la instauración de la Semana Belgraniana.

Su permanente inquietud lo lleva a publicar la revista "Estampas del Norte", que refleja la vida y costumbres tradicionales del Norte argentino; y realiza un ciclo de audiciones radiofónicas sobre hechos históricos, de 1949 a 1951, en Tucumán. En 1952, ya en Buenos Aires, comienza a preparar una serie de estudios sobre figuras de nuestra historia. Paralelamente pone en el aire un ciclo de audiciones radiofónicas sobre temas históricos, que se extendieron hasta 1955, año en que es nombrado profesor del Colegio Militar de la Nación en las materias de Táctica e Historia Militar y designado asesor militar e histórico para la filmación de la película "La muerte en las calles". En 1953 publica, estando en la Dirección General de Difusión del Ejército, "Manual de doctrina y organización nacional" y "Dos mundos, Norte y Sur". En el mismo año presenta en el Primer Congreso de Historia de Santiago del Estero, con motivo de la conmemoración del Cuarto Centenario de la fundación de dicha ciudad, los siguientes trabajos: "Contribución de Santiago del Estero a la Guerra de la independencia", "El problema estratégico de la Revolución de Mayo entre 1812 y 1814" y "Un héroe poco conocido en la gesta sanmartiniana". En 1953 concurre al Primer Festival Internacional Cinematográfico de Mar del Plata en representación del Ejército. En 1954 publica su quinto libro con el título de "Güemes, el guerrillero genial". Es designado para representar al Ejército en la Feria Internacional Argentino-Chilena en la ciudad de Mendoza.

En 1955 es nombrado representante del Ejército Argentino como miembro de la Junta Nacional de Museos y Monumentos Históricos y tiene el honor de recibir en custodia, hasta su restauración, las banderas históricas deterioradas por el incendio de los templos en junio de dicho año.

A lo largo de estos años, y apasionado estudioso de la historia, pero romántico y sensible, trata de llevar al cine hechos y pasajes de nuestro pasado. Entre estos guiones podemos citar: "A la sombra de los Andes", novela histórica sobre la vida de Pedro Vargas, un espía de San Martín; "Los tres sargentos", "Macacha Güemes", "Los centauros de la quebrada", etcétera.

La Revolución de setiembre de 1955 lo sorprende con una serie de obras terminadas y a punto de publicar como "Discursos patrióticos", recopilación de discursos pronunciados por él a lo largo de su carrera; "Páginas de historia", "Belgrano soldado intuitivo", "El visionario de la patria" (estudio biográfico de Belgrano), "El General Las Heras"; conferencias...

Alterna sus actividades profesionales con las artes; sus condiciones de pintor, escultor, poeta, repujador, aspectos menos conocidos de su rica personalidad, daban solaz a las intensas horas de su vida y, si algo le faltara para integrarse, la segunda y agitada etapa, que comienza a partir del 16 de setiembre de 1955, la dedicará con plena madurez y en la plenitud de sus facultades intelectuales, al estudio político y filosófico de la Doctrina Justicialista, por la cual lucha denodadamente, aún con riesgo de perder su carrera y la estabilidad de su hogar; esta etapa de su vida es la más productiva y trascendente.

El 21 de setiembre de 1955, al ser derrocado el gobierno peronista, decide dar por terminada su carrera militar, siguiendo el dictamen de su hombría de bien, que le impide avalar, con la conservación de su status militar, tanto el hecho de la revolución como los postulados con que se pretendía justificarla. ¡El tiempo daría por acertado su enjuiciamiento moral de aquella fecha! Al efecto envía tres telegramas: el primero, al Comandante en Jefe del Ejército, para solicitar su retiro; en el segundo explica las causas del pedido ("no estar de acuerdo con los postulados de la revolución"); el tercero va dirigido al presidente del Partido Peronista y en él solicita su afiliación. ¡En el momento en que tantos desertaban, él abordaba el barco para luchar y tratar de salvar lo salvable!

Inmediatamente toma contacto con los dirigentes políticos y gremiales del justicialismo y trata de entablar el diálogo con el gobierno, por intermedio del entonces Jefe de Estado Mayor Conjunto, general Aramburu. Al producirse el golpe de Estado de noviembre y ser proscrito el peronismo y perseguidos sus adictos, comienza para el coronel Gentiluomo lo que podría denominarse "etapa de conspiración". A mediados de diciembre, culminaba una reunión en la cual se trataban los últimos detalles de la contrarrevolución encabezada por él; pero es detenido a causa de la delación de un conjurado. A partir de este suceso, empieza para él su peregrinación por las cárceles del país: Policía de La Plata, barcos "Washington" y "París" en éste comienza una huelga de hambre, que se prolongó por 53 días y cuya finalidad era lograr una entrevista con el presidente de la Nación; Hospital Militar Central, Martín García, Penal Militar de las Fuerzas Atinadas (en Magdalena), Usuahia, Penitenciaría Nacional, Departamento de Policía, Cárcel de Caseros. Es juzgado y condenado a destitución, con dos años y cinco días de prisión, que da por cumplida el 23 de diciembre de 1957. Durante esos años de enclaustramiento y desde las diversas prisiones ha mantenido contactos fuera y ha ido perfeccionándose en el conocimiento de la doctrina justicialista. Envía cartas, consejos orientadores a quienes se han nucleado en torno a él y lo siguen, pese a su prisión. En 1957, y desde la cárcel publica el periódico "Pero. . . ¿qué dice el pueblo?", órgano de prensa desde el cual mantiene encendida la antorcha del justicialismo ortodoxo y de la línea dura, combatiendo al gobierno y haciendo sentir la voz de protesta de un pueblo injustamente silenciado, oprimido y perseguido.

En 1956, y desde la cárcel, se anota como alumno en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la ciudad de Buenos Aires y comienza a estudiar abogacía. Rinde varias materias, que aprueba con la calificación de sobresaliente; pero no puede continuar rindiendo, porque sus carceleros se lo impiden. ¡Una vejación más dentro del sistema de opresión que hubo de soportar!

Cumplida su primera condena, se lanza inmediatamente a la lucha activa. Llega así 1958 con las elecciones de febrero encaminadas a devolver al país su legalidad constitucional. A su juicio, el pacto peronista-frondizista es una farsa, y el movimiento mayoritario iba a sufrir una nueva traición. Por eso lo combate y propicia el voto en blanco, oponiéndose abiertamente a la orden de votar a Frondizi. Desde su periódico, en tribunas y por todos los medios a su alcance pide al pueblo que no se deje engañar y vote en blanco. Publica, al efecto, un trabajo titulado "La gran oportunidad", donde expone sus puntos de vista y da sus soluciones. En las elecciones se obtiene un millón de votos en blanco, fruto de su denodado esfuerzo y que demostraron que el pueblo no tenía los ojos vendados.

A mediados de 1958 funda el M.O.P.I. (Movimiento Ortodoxo Peronista Intransigente), que es un movimiento interno de orientación dentro del partido peronista y única fuerza organizada en esos momentos. A comienzos de 1959 es detenido y puesto a disposición del Poder Ejecutivo, acusado de estar preparando un movimiento de agitación en ocasión de la visita del entonces presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, general Eisenhower. Pasa tres meses en prisión y luego se ve obligado a abandonar el país. Por cuatro meses permanece en Montevideo; de nuevo en la Argentina y en enero de 1960 es detenido y puesto a disposición del Poder Ejecutivo. El texto de la orden de arresto dice "Ser elemento peligroso para la estabilidad del gobierno". Está en prisión durante seis meses en el Regimiento 3 de Infantería. Puesto en libertad, opta por salir de la Argentina y se radica en Montevideo durante un año. En ese lapso prepara y publica un libro titulado "Y serán los pueblos", estudio filosófico y sociológico sobre el hombre y la doctrina justicialista.

A su regreso al país es nombrado miembro del Consejo Coordinador del Partido Peronista y durante el resto de 1961 dicta un ciclo de conferencias sobre aspectos doctrinarios en casi todas las ciudades del país. Durante 1962 continúa con sus actividades políticas y dictando conferencias sobre la Doctrina Justicialista. Paralelamente a esto, prosigue sus estudios de Derecho en la Facultad.

En 1963 participa activamente en la campaña política con motivo de las elecciones presidenciales y nuevamente, no estando de acuerdo con el pacto, se enrola en las filas del Partido de la Justicia Social junto con los doctores Leloir, Albrieu, Rocamora y otros. Al mismo tiempo y siempre ansioso de acrecentar sus conocimientos humanos, se anota como alumno regular en la Universidad Argentina de Ciencias Sociales en las disciplinas de Sociología y Ciencias Políticas.

El año 1964 marca quizá su retiro de la lucha activa para continuar su acción en el campo puramente doctrinario y filosófico. En 1965 sufre el golpe más tremendo de su vida al perder a su a compañera de treinta años, brutalmente asesinada por elementos pertenecientes al régimen que soporta el país. Si las cárceles, las vejaciones de todo color, los destierros y las traiciones no habían conseguido quebrarlo, esta desaparición lo quiebra moral y espiritualmente al perder su punto de apoyo y su fuente de energía. Desde ese momento se dedica exclusivamente a descubrir a los autores e instigadores de crimen tan horrendo e injustificado. Por desgracia, los intereses políticos en juego hacen que la justicia no pueda ser completa, ya que dan por cerrado el caso en uno de los autores materiales, y sus esfuerzos por presentar pruebas son sistemáticamente rechazados.

Durante dos años se encierra en sí mismo tratando de superar su quebranto moral y se dedica a actividades particulares escribiendo y montando programas de tipo cultural para radio, televisión y cine. En 1966 está a punto de filmar su película "Macacha Güemes", luego de haber conseguido el apoyo del gobierno de la provincia de Jujuy. Pero, al producirse la "Revolución Argentina" y cambiar los gobiernos provinciales, la filmación no llega a concretarse.

Hacia fines de 1968, luego de profundo y meditado análisis y debidamente documentado, comienza a dar forma a lo que habría de ser su obra póstuma: "Desafío a la Revolución Argentina", que termina en la segunda mitad de 1969. Desgraciadamente, la enfermedad que acabaría con su existencia, hace presa en él y lo obliga a permanecer durante seis meses internado, sufriendo física y moralmente al sentirse impotente para luchar contra la multiforme adversidad.

El cinco de junio de 1970, a la edad de 58 años, pierde su último combate. ¡Sólo la muerte pudo derrotarlo físicamente!

Desaparece así un hombre que supo vivir su vida con plenitud y que deja tras sí un valioso caudal de conocimientos y de realizaciones, cuya valoración queda librada a la crítica honesta de quienes aún tienen fe en la capacidad de los argentinos para gobernar a los argentinos con mente y espíritu de auténtica argentinidad...